EL ULTIMO TREN (relato de ciencia ficcion)
Las 1.17 de la mañana. El tap-tap-tatatap del telegrafo, interrumpe la calma de la Estacion Palmira de FFCC Argentinos. El telegrafista, con seño adusto, extiende la traducción del mensaje al Jefe de la Estacion.
“Hoy, a las 6.42 saldra el ultimo tren. Prepare dotacion de personal”
Firmado: Comandante en Jefe de las Fuerzas del Destino.
Un escalofrio hizo temblar el cuerpo del Jefe. Mejor dicho, de toda su alma. El ultimo tren….Un ultimo tren – pensaba – Que sera de nosotros sin el. Que sera de este pueblo. De su gente. Cerro los ojos y apreto fuertemente sus puños y labios.
Escribio varios nombres en un papel y lo entrego al Llamador. Este, sin terminar de comprender, salio rumbo a Villa Maria, Villa Anita, la Calle 16………. Estaba notificando a los conductores maquinistas que debian presentarse a tomar servicio de inmediato.
……………………………………….
Gonzales el diariero, fue el primero en darse cuenta. Claro, el madrugaba para esperar los diarios. El pueblo era un desierto. Las fuerzas del Destino, ya habian bloqueado todas las entradas. Nadie podia ingresar, ni por el puente del rio, ni por el Barrio Venier. Del carril Barriales ni hablar. Por los Corrales Negros las Fuerzas ya habian levantado barreras.
El ultimo tren… Un ultimo tren…
Habia que hacer algo. El Jefe envio de nuevo al Llamador con una nota en sobre cerrado para el Delegado Municipal. Cuando este la leyo, decidio que habia que actuar rapidamente. Y decidio convocar a algunos vecinos notables para crear un Comité de Emergencia.
Rapidamente, los maquinistas se presentaban a tomar servicio, Uno de ellos pregunto cual era el destino.
-Una estacion que no conocemos aquí. Se llama Incertidumbre. Queda lejos, fuera del pais, en un lugar y en todos los lugares. Hacia alli hay que transportar a los hijos de este pueblo. Principalmente a los mas jóvenes. Todos se miraron, agacharon la cabeza y guardaron silencio.
El Comité ya funcionaba, secretamente en una de las piletas abandonadas de la vieja Bodega Thome. De cemento armado, era imposible escuchar desde afuera. Y que las avanzadas de las Fuerzas pudieran detectarlos.
-Necesitamos información, para tomar decisiones correctas-. Dijo uno de los integrantes del Comite. Y comenzaron a enviar los personajes que podian pasar desapercibidos, ya que por su actividad o condicion andaban siempre de noche. El diariero, los recolectores de la basura, Gatica en su triciclo, Barboza, Ayudin y otros fueron convocados. Al rato ya se tenia un panorama de la situación. Era imposible salir o entrar del pueblo. Era imposible torcer al Destino. Mario V. el delegado, lo sabia perfectamente. Pero tenia un plan, si bien de largo plazo, pero un plan al fin. Lo comento con el resto y todos estuvieron de acuerdo. Partieron en absoluto silencio, cada uno a cumplir con su mision.
……………………………………………………….
Por la Avenida Juan B. Justo, alguien vio pasar a Desazón, encorvada, gris, casi negra, arrastrando los pies, preparada por las fuerzas de infiltración, para contagiar a todos.
Por el lado del Carril San Pedro, se preparan para ingresar Miedo y Caos. En un puesto de control Miseria presentaba sus documentos. Lo más triste de la situación es que Esperanza, se había perdido. Nadie sabia de ella. Se la buscaba desde Villa Adela al Arroyo Claro. Desde el puesto de Jiménez, el carrero, hasta Los Tordos y mas allá. La Esperanza se había perdido.
El Jefe de la Estación, secretamente, fue informado y llegada la hora, dio la orden de partida para … El Ultimo Tren.
Así Palmira, perdió su fuente principal de ingresos. Perdió a casi todos sus jóvenes. La Estación quedo desierta. Los vagones que un día transportaron riqueza, quedaron reducidos a chatarra. Los ladrones y reducidores hicieron su agosto, con rieles, durmientes y cuanta cosa se pudiera caranchar. Lo demás es historia, demasiado conocida por cierto.
……………………………………………………..
Lentamente, al ver que la situación estaba controlada, Las Fuerzas del Destino dieron por cumplido su objetivo y se fueron retirando, dejando que todo quedara librado al libre albedrío de la gente. Desazón prácticamente desapareció, Miseria quedo reducida solo a algunos sitios. Se sabia que Caos y Miedo iban a ser difíciles de vencer, ya que Indiferencia había establecido raíces muy fuertes con los funcionarios de turno.
………………………………………………….
Con el paso del tiempo, Esperanza, maltrecha por años en manos del Olvido, fue apareciendo esporádicamente por el pueblo y de a poco fue contagiando a algunos. Optimismo, también se daba una vuelta en algún momento. Alegría, solía llegar algunos fines de semana, trabajando desde el salón Estrella al Sindicato de la Alimentación.
De alguna manera, volvió la Normalidad, de la mano de la Costumbre.
Pasado algunos años, no vale la pena contar cuantos, David, un empleado de la Delegación, encontró en los archivos un viejo escrito. La curiosidad le gano el partido, lo abrió y allí estaba, con lujo de detalles, el plan para vencer al Destino y su Ultimo Tren.
El Plan consistía en que había que perder para ganar. Aceptar que, dando un paso hacia atrás, se podían dar muchos hacia delante luego. Por eso se permitió que el tren partiera. Si bien la solución no era inmediata, en el futuro tendría un impacto importante en la sociedad del pueblo. Se había indicado a los Cambistas mas capacitados, que debían realizar las maniobras necesarias para que el Ultimo Tren, realizara su recorrido sin inconvenientes, solo que en algún momento de su viaje casi infinito, las vías del mundo debían acondicionarse para que este, regresara de nuevo a Palmira. Si bien los jóvenes ya no lo serian tanto, el pueblo los recibiría con los brazos abiertos: Se imaginaba en dicho Plan, las anécdotas, emociones y tantas otras cosas que sentirían todos los habitantes. Y el detalle era único, para que al Destino le pasara desapercibido el regreso de todos los hijos de Palmira. Y aquí, imagino parte del dialogo de aquel momento:
-Don Mario, como lo lograremos?
-Muy fácil, cambiando de nombre a la Estación.
-Podremos saber cual será ese nombre?
-Por supuesto. Es muy fácil: Se llamara “PALMIRENSES EN EL MUNDO”
Las 1.17 de la mañana. El tap-tap-tatatap del telegrafo, interrumpe la calma de la Estacion Palmira de FFCC Argentinos. El telegrafista, con seño adusto, extiende la traducción del mensaje al Jefe de la Estacion.
“Hoy, a las 6.42 saldra el ultimo tren. Prepare dotacion de personal”
Firmado: Comandante en Jefe de las Fuerzas del Destino.
Un escalofrio hizo temblar el cuerpo del Jefe. Mejor dicho, de toda su alma. El ultimo tren….Un ultimo tren – pensaba – Que sera de nosotros sin el. Que sera de este pueblo. De su gente. Cerro los ojos y apreto fuertemente sus puños y labios.
Escribio varios nombres en un papel y lo entrego al Llamador. Este, sin terminar de comprender, salio rumbo a Villa Maria, Villa Anita, la Calle 16………. Estaba notificando a los conductores maquinistas que debian presentarse a tomar servicio de inmediato.
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Gonzales el diariero, fue el primero en darse cuenta. Claro, el madrugaba para esperar los diarios. El pueblo era un desierto. Las fuerzas del Destino, ya habian bloqueado todas las entradas. Nadie podia ingresar, ni por el puente del rio, ni por el Barrio Venier. Del carril Barriales ni hablar. Por los Corrales Negros las Fuerzas ya habian levantado barreras.
El ultimo tren… Un ultimo tren…
Habia que hacer algo. El Jefe envio de nuevo al Llamador con una nota en sobre cerrado para el Delegado Municipal. Cuando este la leyo, decidio que habia que actuar rapidamente. Y decidio convocar a algunos vecinos notables para crear un Comité de Emergencia.
Rapidamente, los maquinistas se presentaban a tomar servicio, Uno de ellos pregunto cual era el destino.
-Una estacion que no conocemos aquí. Se llama Incertidumbre. Queda lejos, fuera del pais, en un lugar y en todos los lugares. Hacia alli hay que transportar a los hijos de este pueblo. Principalmente a los mas jóvenes. Todos se miraron, agacharon la cabeza y guardaron silencio.
El Comité ya funcionaba, secretamente en una de las piletas abandonadas de la vieja Bodega Thome. De cemento armado, era imposible escuchar desde afuera. Y que las avanzadas de las Fuerzas pudieran detectarlos.
-Necesitamos información, para tomar decisiones correctas-. Dijo uno de los integrantes del Comite. Y comenzaron a enviar los personajes que podian pasar desapercibidos, ya que por su actividad o condicion andaban siempre de noche. El diariero, los recolectores de la basura, Gatica en su triciclo, Barboza, Ayudin y otros fueron convocados. Al rato ya se tenia un panorama de la situación. Era imposible salir o entrar del pueblo. Era imposible torcer al Destino. Mario V. el delegado, lo sabia perfectamente. Pero tenia un plan, si bien de largo plazo, pero un plan al fin. Lo comento con el resto y todos estuvieron de acuerdo. Partieron en absoluto silencio, cada uno a cumplir con su mision.
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Por la Avenida Juan B. Justo, alguien vio pasar a Desazón, encorvada, gris, casi negra, arrastrando los pies, preparada por las fuerzas de infiltración, para contagiar a todos.
Por el lado del Carril San Pedro, se preparan para ingresar Miedo y Caos. En un puesto de control Miseria presentaba sus documentos. Lo más triste de la situación es que Esperanza, se había perdido. Nadie sabia de ella. Se la buscaba desde Villa Adela al Arroyo Claro. Desde el puesto de Jiménez, el carrero, hasta Los Tordos y mas allá. La Esperanza se había perdido.
El Jefe de la Estación, secretamente, fue informado y llegada la hora, dio la orden de partida para … El Ultimo Tren.
Así Palmira, perdió su fuente principal de ingresos. Perdió a casi todos sus jóvenes. La Estación quedo desierta. Los vagones que un día transportaron riqueza, quedaron reducidos a chatarra. Los ladrones y reducidores hicieron su agosto, con rieles, durmientes y cuanta cosa se pudiera caranchar. Lo demás es historia, demasiado conocida por cierto.
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Lentamente, al ver que la situación estaba controlada, Las Fuerzas del Destino dieron por cumplido su objetivo y se fueron retirando, dejando que todo quedara librado al libre albedrío de la gente. Desazón prácticamente desapareció, Miseria quedo reducida solo a algunos sitios. Se sabia que Caos y Miedo iban a ser difíciles de vencer, ya que Indiferencia había establecido raíces muy fuertes con los funcionarios de turno.
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Con el paso del tiempo, Esperanza, maltrecha por años en manos del Olvido, fue apareciendo esporádicamente por el pueblo y de a poco fue contagiando a algunos. Optimismo, también se daba una vuelta en algún momento. Alegría, solía llegar algunos fines de semana, trabajando desde el salón Estrella al Sindicato de la Alimentación.
De alguna manera, volvió la Normalidad, de la mano de la Costumbre.
Pasado algunos años, no vale la pena contar cuantos, David, un empleado de la Delegación, encontró en los archivos un viejo escrito. La curiosidad le gano el partido, lo abrió y allí estaba, con lujo de detalles, el plan para vencer al Destino y su Ultimo Tren.
El Plan consistía en que había que perder para ganar. Aceptar que, dando un paso hacia atrás, se podían dar muchos hacia delante luego. Por eso se permitió que el tren partiera. Si bien la solución no era inmediata, en el futuro tendría un impacto importante en la sociedad del pueblo. Se había indicado a los Cambistas mas capacitados, que debían realizar las maniobras necesarias para que el Ultimo Tren, realizara su recorrido sin inconvenientes, solo que en algún momento de su viaje casi infinito, las vías del mundo debían acondicionarse para que este, regresara de nuevo a Palmira. Si bien los jóvenes ya no lo serian tanto, el pueblo los recibiría con los brazos abiertos: Se imaginaba en dicho Plan, las anécdotas, emociones y tantas otras cosas que sentirían todos los habitantes. Y el detalle era único, para que al Destino le pasara desapercibido el regreso de todos los hijos de Palmira. Y aquí, imagino parte del dialogo de aquel momento:
-Don Mario, como lo lograremos?
-Muy fácil, cambiando de nombre a la Estación.
-Podremos saber cual será ese nombre?
-Por supuesto. Es muy fácil: Se llamara “PALMIRENSES EN EL MUNDO”
